A Cádiz vine a robarle un día...

A Cádiz vine a robarle un día...
A Cádiz vine a robarle un día... y ella fue quien me robó, La Vida... La Vida... La Vida...

martes, 24 de septiembre de 2013

La guasa

O se tiene o no se tiene. Corre en la sangre como un anticuerpo natural contra lo más miserable de este mundo. Contra la pena, la desidia, la rabia. Contra la ira también innata con la que nacemos. Es el sistema inmune del alma humana. Una especie de miopía con la que se observa el mundo mientras éste muere matando. Una enfermedad que no siempre es entendida, pero que necesita serlo para ser comprendida, compartida y disfrutada. Me río yo de las definiciones de la RAE.

Hay quien dice que en exceso, resulta insultante. Y eso es, amigo, porque no alcanzas a padecer de ella ni la media. No es solo optimismo, ni solo humor, ni solo gracia. Es una mezcla de arte, de sur, de alegría, de amargura, de coraje. De inteligencia, sarcasmo irónico. La espada afilada con que nunca se ataca, pues sólo sirve para defender las ganas de vida; o, simplemente, resignarse a ella y tomar fuerzas para afrontarla. La supervivencia del compás de las venas entre tanta miseria, tanta ruina y tanto asco.

Es la sonrisa melancólica y agria de quien se enfrenta al mundo inhóspito y agresivo con una filosofía calmada, táctica, práctica y brillante. La inevitable y lúcida respuesta a una pregunta sin contestación. El ánge.

Apuesto a que la conocen. Sé que tienen más definiciones. Pero esto, amigos... esto es guasa:


PD: Un abrazo y muchísima felicidad para la pareja. Y gracias, José Guerrero Yuyu, embajador de la guasa, el arte, la ironía. Mucha y larga salud.

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